El incendio forestal en Epuyén, provincia de Chubut, sigue activo y ya arrasó con más de 3000 hectáreas de bosque nativo, matorrales y pastizales. Rodrigo Galmes, director del Servicio Provincial de Manejo del Fuego, aseguró este lunes que en la localidad Aldea Las Pampas, ubicada al sur de la provincia se inició otro foco ígneo al que pudieron controlar.

Los incendios en Epuyén que comenzaron este miércoles, aún no cesan. El fuego, alimentado por los fuertes vientos y temperaturas extremas, ya provocó la evacuación de más de 200 viviendas y dejó, al menos, 50 completamente destruidas, lo mismo que producciones, una veintena de galpones, animales, etc.
Además de las viviendas, el fuego afectó a dos instituciones educativas: la Escuela provincial 9 y la sede de la Escuela de Oficios de la UNPSJB, donde se perdió equipamiento, instalaciones y archivos.
Las tareas de combate de las llamas incluyen el trabajo de más de 200 personas, entre bomberos y brigadistas de las localidades cercanas y recursos aéreos, donde se ven afectados a este operativo, personal que pertenece a las Bases de Servicio de Epuyén, Golondrinas, Pto. Patriada, Cholila, Lago Puelo, El Maitén y Esquel.
También se cuenta con el apoyo de la Brigada Nacional Sur del SNMF, PN Alerces, PN Lago Puelo, Sub de Protección Ciudadana y BV de Epuyén. En aquellas áreas, se distribuyeron dos aviones hidrantes y un helicóptero con helibalde provistos por el SNMF.

En este contexto, la politóloga Flavia Broffoni en conversación con Radio Splendid, detalló que el fuego no fue resultado de un acto intencional, como sostiene el gobierno provincial, donde el Gobernador Ignacio Torres señaló en declaraciones que el hecho está vinculado a los “delincuentes de siempre” y al último desalojo en el PN Los Alerces de un grupo mapuche, sino, que por el contrario, se originó por un descuido: “Empezó con una amoladora en una casa cercana a un gran pinar, y esos árboles exóticos que se plantaron en la Patagonia hace décadas son hoy los principales responsables de la rápida propagación del incendio”, además agregó, “los pinos son la principal causa de expansión. Los vecinos de Epuyén saben que esto fue solo un descuido, pero ya el fuego se ha salido de control”, agregó.
Broffoni destacó que el desarrollo de los incendios en la Patagonia por la forestación de pinos exóticos «es una política que se viene fomentando desde el Estado desde los años 70 con un mayor incentivo en los 90 y que nunca jamás fue atendido por ningún gobierno y es la principal causa de expansión y aceleración de los incendios” en conjunto con forestaciones de pino descontroladas, concluyó Broffoni.
Por otra parte, la situación de la comarca se ha tornado insostenible, debido a que “los patrones de calentamiento global están causando un daño irreversible en muchos lugares, y esto nos está llevando al límite. Hay zonas donde ya se ha perdido la viabilidad de la vida al aire libre debido a la combinación de altas temperaturas y humedad”, advirtió la politóloga, y cerró: “Necesitamos políticas del colapso que se enfrenten a la realidad. El activismo debe enfocarse en crear espacios donde se pueda transitar este tiempo de manera consciente y solidaria, ya que el colapso sistémico es algo que estamos viviendo”.

Cabe recordar que desde que comenzaron los incendios la cantidad de pérdidas económicas y materiales son catastróficas, por lo que se apuesta a la solidaridad de la gente con campañas para poder recaudar fondos y colaborar con los brigadistas, como también ayudar a las familias afectadas que vivían de su producción hoy destruida.

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El coordinador de la campaña de bosques de Greenpeace, Hernán Giardini indicó que lograrán apagar el fuego por completo recién en abril y alertó que las llamas amenazan con propagarse por las laderas de los cerros con bosque nativo en dirección de Bariloche.
El fuego que azota la región de Los Manzanos ya consumió más de 5.000 hectáreas y continúa avanzando. «El peligro de un incendio urbano es latente», advirtió. Además sostuvo que este escenario puede darse en el marco de un alto nivel de focos en un día de calor y viento.
En ese sentido, señaló que hace poco se prendió un domo en el cerro Otto y explicó que si no lo apagaban rápido, el fuego podía haber alcanzado a los cipreses y algunos pinos, y «por ahí hubiera terminado en el centro ‘comiéndose’ un montón de casas».
