La huella en expansión de China en el Triángulo del Litio de América del Sur

Por Francesco Tori

En quechua andino, Puna significa «tierra de altura», y se refiere a la macro región del altiplano andino que se extiende por Chile, Argentina y Bolivia. Hoy en día, esta zona es más conocida por su valor minero que por su importancia histórica y cultural, y se denomina el «Triángulo del Litio».

El litio es un mineral estratégico y esencial para la transición energética de los países del «mundo del norte», y la Puna contiene aproximadamente el 59% de los recursos conocidos de litio en el mundo, lo que la convierte en una zona de inmenso interés geopolítico y comercial. A diferencia de otros países ricos en este recurso, como Australia, aquí el litio se extrae de la salmuera que se encuentra debajo del «salar», o salares, que se formaron en la Puna a lo largo de épocas geológicas.

Como explica Kamal, investigador de la Universidad de Nevada, «la salmuera en el llamado triángulo contiene algunas de las concentraciones más altas de litio».

El litio extraído de las profundidades del lago salado se deposita en piscinas de evaporación, que maximizan la concentración del elemento antes de su posterior purificación. Dado que la salmuera se extrae del subsuelo junto con agua de los acuíferos de los salares, el desperdicio de agua impuesto por este proceso es enorme en una región ya caracterizada por escasas precipitaciones y recursos hídricos.

Intentando entender la complejidad y las contradicciones de la transición ecológica y el extractivismo «verde» promovido por las políticas del «mundo del norte» como solución para detener el calentamiento global, nos hemos aventurado en el corazón de una de las regiones consideradas «zonas de sacrificio».

Cuando hablamos de «extractivismo», es importante entender la naturaleza neocolonial del fenómeno. Según el investigador y biólogo uruguayo Eduardo Gudynas, hay tres características de este modelo socioeconómico: la extracción debe realizarse a alta intensidad o volumen, la mayoría de los recursos extraídos no se refinan, y el 50% o más de estos recursos se exportan. Aunque se le llame «verde» debido al material que se extrae, este modelo reproduce dinámicas de explotación, dominación y destrucción hacia los países del «sur global», como ya se ha visto en el pasado.

En la Puna, las altitudes pueden superar los 6.000 metros sobre el nivel del mar, haciendo imposible que crezca vegetación, creando en cambio un paisaje seco y desértico. Para llegar a las zonas habitadas de la Puna, se necesitan varias horas de viaje a través de desiertos salpicados de picos nevados, vastos salares y rebaños de vicuñas. Las personas que viven aquí forman parte de los pueblos Kolla y Atacama, que han habitado estas tierras durante un período indefinido. Son principalmente pastores de llamas y cabras, tejedores y mineros. Este duro territorio también alberga flamencos, ñandúes, pumas y una amplia variedad de otras aves que se concentran alrededor de oasis conocidos como «vegas», donde se acumula el agua.

En el resto del artículo, nos centraremos en el papel de las empresas chinas en la extracción de litio en la Puna. Analizaremos cómo estas corporaciones, entre las otras de otras parte del mundo que operan en el territorio, han aumentado significativamente su presencia en la región durante la última década y examinaremos el impacto de sus operaciones en las comunidades locales, el medio ambiente y las economías nacionales de los países del Triángulo del Litio. También exploraremos las tensiones geopolíticas que surgen de la creciente influencia china en este sector estratégico.


El nexo del litio entre China y América del Sur
El «triángulo del litio», que abarca Argentina, Chile y Bolivia, contiene entre el 60% y el 70% de las reservas mundiales de litio. En los últimos años, esta región se ha convertido en un punto central de la estrategia de adquisición de recursos de China, con empresas chinas invirtiendo más de 16 mil millones de dólares en proyectos de litio en América del Sur entre 2018 y 2024. Según datos del China Global Investment Tracker, la inversión directa china en la extracción de litio en la región se ha cuadruplicado desde 2020, lo que convierte a China en un importante inversor extranjero en el sector del litio de Argentina y Chile. En 2023, Tianqi Lithium y Ganfeng Lithium, ambas empresas chinas, controlaban casi el 40% de la producción mundial de litio a través de sus operaciones y asociaciones estratégicas en América del Sur. Este dominio está alineado con el 14º Plan Quinquenal de China (2021-2025), que identifica explícitamente al litio como un recurso estratégico para alcanzar los objetivos de transición energética del país, incluido la producción de 21.2 millones de vehículos eléctricos anuales para 2030.

El avance y el impacto de las empresas chinas en el Noroeste Argentino

Modelos de inversión china e impacto local
La llegada de las empresas chinas de litio a las regiones del noroeste de Argentina (NOA) y la Antofagasta de Chile ha transformado radicalmente a las comunidades indígenas. Impulsadas por la ambición de China de asegurar los recursos naturales necesarios para sus transiciones tecnológicas y energéticas, estas inversiones han generado alteraciones ambientales, sociales y territoriales.
La inversión de Ganfeng Lithium de 962 millones de dólares en los proyectos Pozuelos y Pastos Grandes en Argentina, por ejemplo, tendrá un impacto en las tierras ancestrales de varias comunidades indígenas. Teniendo en cuenta que para producir 1 tonelada de litio se necesitan alrededor de 800 metros cúbicos de agua, el consumo de agua del proyecto de Ganfeng podría agravar la escasez de agua en una región que ya enfrenta dificultades para acceder a este recurso vital. De manera similar, la participación de 4.1 mil millones de dólares de Tianqi Lithium en SQM de Chile ha sido vinculada con el descenso de los niveles de agua en los salares de Atacama, donde las comunidades locales reportan pozos secos y rendimientos agrícolas en caída libre.
«Las empresas chinas llegan con promesas de prosperidad, pero lo que vemos es que nuestro agua desaparece», explica un líder de la comunidad Karen Lusa de San Pedro de Atacama, donde casi la mitad de la población ahora carece de acceso confiable a agua. «Sus inversiones también están generando división social, ya que su estrategia suele ser inyectar grandes sumas de dinero en áreas donde la gente no está acostumbrada a manejar tales montos, lo que genera corrupción y conflictos internos… si miras alrededor, no hay desarrollo real en la región: la infraestructura y los servicios básicos siguen siendo muy deficientes».

Estrategia de la cadena de suministro de litio de China
El enfoque de China sobre el litio en América del Sur forma parte de una estrategia integral de cadena de suministro. Para 2024, China controla aproximadamente el 60% de la capacidad global de procesamiento de litio, el 77% de la fabricación de celdas de baterías y produce el 56% de los vehículos eléctricos del mundo. Esta integración ha permitido a las empresas chinas asegurar el litio en el origen y mantener el dominio a lo largo de toda la cadena de valor.
En febrero de 2025, el gigante chino de baterías CATL firmó un acuerdo histórico con YPF de Argentina para desarrollar el depósito del Salar del Hombre Muerto, invirtiendo 1.4 mil millones de dólares para producir 30,000 toneladas de litio anuales para 2028. Esta asociación ejemplifica la estrategia respaldada por el estado de China, que combina experiencia tecnológica con recursos financieros para asegurar un acceso prioritario a los minerales críticos.
Simultáneamente, la finalización de la primera exportación de litio de Eramine desde Salta hacia China a principios de 2025 —aunque se trata de una empresa francesa— subraya la posición de China como el principal destino del litio de América del Sur. Las empresas chinas han consolidado aún más su posición mediante adquisiciones parciales de compañías occidentales que operan en la región, como la compra en 2024 por parte de Zijin Mining del 25% de las acciones del proyecto Rincon de Rio Tinto en Salta, valorado en 2.5 mil millones de dólares. En total, China invertirá 3.400 millones de dólares solo en proyectos en la región de Salta a partir de 2024.

Transferencia tecnológica y preocupaciones ambientales
China se ha posicionado como proveedor de tecnologías de extracción de litio para la región, enfocándose particularmente en métodos de Extracción Directa de Litio (DLE). Empresas como Ganfeng Lithium, que posee 122.432 hectáreas de salares en las provincias de Salta y Jujuy, promueven estas tecnologías como alternativas ambientalmente superiores a los métodos tradicionales de evaporación, prometiendo menor consumo de agua y ciclos de producción más rápidos.
Sin embargo, un estudio reciente publicado en Nature pone en duda estas afirmaciones, sugiriendo que las tecnologías DLE podrían consumir más agua que los métodos tradicionales. El estudio también resalta los altos requerimientos energéticos de las operaciones DLE, que a menudo dependen de combustibles fósiles en ubicaciones remotas, lo que socava las credenciales ecológicas de la producción de baterías de litio.
La implementación de DLE por parte de Zijin Mining en su proyecto Tres Quebradas en la provincia de Catamarca consume un estimado de 1.2 MW de energía por cada 1,000 toneladas de carbonato de litio, energía que en su mayoría es generada por generadores diésel, lo que plantea dudas sobre la huella de carbono de estas tecnologías supuestamente «verdes». «Es importante evaluar caso por caso si realmente tiene sentido usar métodos DLE desde una perspectiva ambiental, ya que podría ser el caso que se quemen mayores cantidades de combustibles fósiles que los que se ahorran por los consumidores que conducen vehículos eléctricos», explica Ehsan Vahidi, profesor en el Departamento de Ingeniería de Minería y Metalurgia de la Universidad de Reno, Nevada.

Marco político de China y respuesta indígena
En febrero de 2023, el Colectivo sobre Financiamiento e Inversión China, Derechos Humanos y Medio Ambiente (CICDHA) denunció en un informe la falta de responsabilidades sociales y ambientales de las empresas chinas en sus operaciones mineras extraterritoriales, destacando el peligro que enfrentan las comunidades locales y los ecosistemas por tener tales empresas operando en sus territorios.
En este sentido, la creciente presencia de China podría representar un desafío para las comunidades indígenas Kolla de la región de la puna en términos de conservación territorial, y por esta razón los movimientos antimineros han fortalecido sus estrategias de defensa. El «Kachi Yupi», un protocolo de consulta desarrollado por las comunidades que forman parte de la asociación «La Cuenca de Salinas Grandes», en la provincia de Jujuy, Argentina, se ha adaptado para exigir estándares más altos para la consulta y la protección ambiental.
«No queremos ser la zona de sacrificio para los países más ricos. Sabemos que dejarán contaminación y dañarán nuestros recursos hídricos», dice Elvira Chávez, una joven comunicadora de la comunidad indígena de Santuario de Tres Pozos. «Para nosotros, esta tierra tiene valor tanto natural como cultural y espiritual, mientras que para ellos, es solo un recurso económico, nada más. Solo pedimos respeto como pueblos originarios de esta tierra».

Costos ambientales y culturales
Los costos ambientales de la extracción de litio respaldada por China siguen siendo severos. En el Salar del Hombre Muerto, donde la empresa china Livent opera junto con Ganfeng Lithium, el consumo combinado de agua supera los 10 millones de litros diarios. Por cada kilogramo de litio extraído, se consumen aproximadamente 110 litros de agua, de los cuales el 90% se pierde por evaporación o contaminación.
Estas prácticas amenazan no solo la seguridad hídrica, sino también las bases ecológicas y culturales de la vida indígena. A medida que las operaciones mineras se expanden, los sitios sagrados se vuelven inaccesibles, los patrones migratorios tradicionales se interrumpen y el delicado equilibrio del ecosistema de alta montaña se ve comprometido.
«Para nosotros, la tierra no son solo recursos para extraer», explicó un activista indígena local durante una Cumbre del Agua celebrada en El Moreno, Jujuy, a fines de enero de 2024. «Cuando las empresas chinas hablan de eficiencia y escala, están hablando un idioma que entra en conflicto fundamental con nuestra comprensión de la Pachamama».
A medida que China persigue su objetivo de neutralidad de carbono para 2060, un objetivo que requiere grandes cantidades de litio para el almacenamiento de energía y el transporte, la presión sobre el triángulo del litio de América del Sur solo aumentará. Como advierte Miguel, de San Antonio de los Cobres: «El ritmo de la inversión china está abrumando nuestra capacidad para evaluar sus impactos. Necesitamos estudios independientes y exhaustivos de los efectos acumulativos antes de aprobar más proyectos». El desafío para las comunidades indígenas, los gobiernos nacionales y los observadores internacionales será garantizar que las prácticas de inversión de China respeten los límites ambientales y los derechos indígenas.
La lucha continua por la protección de las tierras indígenas en el triángulo del litio de América del Sur sirve como un recordatorio claro de la compleja interacción entre las ambiciones industriales de China, los objetivos globales climáticos y los derechos de los pueblos indígenas. Mientras China continúa asegurando sus cadenas de suministro de litio, queda la pregunta de si esto se puede lograr sin sacrificar la integridad ecológica y cultural de una de las regiones más únicas de América del Sur.

Foto: Francesco Tori

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