Por Noelia Carrazana
San Salvador / 22 de mayo de 2025 – La libertad de prensa y la defensa de los derechos humanos enfrentan una grave amenaza en El Salvador, donde el gobierno del presidente Nayib Bukele ha intensificado su ofensiva contra las voces disidentes. A las amenazas judiciales y al exilio forzado de varios periodistas del reconocido medio El Faro, se suma ahora la reciente detención de Ruth López, destacada abogada de la organización Cristosal.
López fue arrestada el 20 de mayo bajo cargos no especificados, en lo que organizaciones nacionales e internacionales han calificado como un nuevo intento del régimen por silenciar el trabajo crítico e independiente. Su detención ocurre en un contexto donde se ha vuelto común que figuras críticas enfrenten acoso, vigilancia y procesos judiciales sin garantías mínimas (Fuente: Cristosal, 20/05/2025).

El periodismo como blanco
Desde el exilio, Nelson Rauda Zablah, editor digital de El Faro, denunció que al menos siete periodistas enfrentan órdenes de captura por “colaboración con pandillas”, tras publicar investigaciones sobre pactos entre el gobierno de Bukele y grupos criminales como MS-13 y Barrio 18.
“Nos acusan de colaborar con pandillas, pero fue el propio gobierno el que facilitó entrevistas con líderes criminales a quienes incluso ayudaron a huir del país”, dijo Rauda (Fuente: Democracy Now!, 21/05/2025).
Los reportajes se basan en documentos oficiales, audios filtrados y testimonios que revelan cómo altos funcionarios, incluyendo Carlos Marroquín, negociaron reducción de homicidios y beneficios penitenciarios a cambio de apoyo político (Fuente: El Faro, 2024).
Una abogada en la mira del poder
La captura de Ruth López no es un hecho aislado. Reconocida por su trabajo legal y denuncias de corrupción, López ha sido una de las pocas voces que ha documentado las consecuencias del régimen de excepción, que ha dejado más de 80.000 personas detenidas, muchas sin acceso a un juicio justo (Fuente: Cristosal, informes 2022–2025).
Cristosal alertó que su arresto es parte de una política de criminalización sistemática contra quienes cuestionan al poder. La comunidad internacional ha pedido su liberación inmediata (Fuente: Amnistía Internacional, 21/05/2025).
¿Seguridad a qué precio?
Mientras Bukele presume de su “modelo de seguridad” y recibe elogios en foros internacionales, la represión crece puertas adentro. La concentración de poder en el Ejecutivo, la censura, el espionaje y el uso del sistema judicial para castigar la disidencia, son prácticas ya propias de un régimen autoritario.
“No sabemos cuándo podremos regresar”, dice Rauda. “Pero si callamos, ganan los que imponen el miedo” (Fuente: Democracy Now!).
📢 Llamado a la acción: no miremos hacia otro lado
El periodismo no es un crimen. Defender derechos humanos tampoco. Lo que está ocurriendo en El Salvador no es solo un tema local: es parte de una tendencia peligrosa en América Latina donde la seguridad se usa como excusa para desmontar la democracia.
Organizaciones y personas solidarias pueden alzar la voz:
- Comparte esta nota y exige la liberación de Ruth López.
- Apoya el trabajo de medios como El Faro, que siguen informando desde el exilio.
- Firma peticiones, escribe a representantes políticos o dona a organizaciones como Cristosal.
🕊️ No hay justicia sin verdad. Y no hay verdad sin libertad de prensa.
