Opinión Mink´a Comunicación
El precandidato a la presidencia, Chi Hyung Chung, afirmó en las últimas horas que dentro del “orden social” es “ilógico” pensar que la mujer es superior al hombre,
Entrevistado por el programa Fama, Poder y Ganas, Chi afirmó estar en contra del feminismo, precisamente, por la visión de poner a la mujer por encima del hombre: «Una cosa es buscar el mismo derecho, pero ya considerar que la mujer es superior al varón, es algo ilógico”, afirmó.
En ese sentido, aseveró que en el orden social las mujeres, como madres, tienen la función de crear a los hijos y el hombre de proveer a la familia.

El precandidato parece así ignorar y no importarle la lucha de décadas que en 1992, el Comité CEDAWen su Recomendación general nº 19 afirmó que la violencia contra las mujeres es una forma de discriminación, dirigida a una mujer por ser mujer o que afecta a las mujeres de forma desproporcionada.
El precandidato con sus declaraciones evidencia la violencia simbólica.
El sociólogo francés Pierre Bourdieu establece en la década de los setenta, el término violencia simbólica, describiéndola como aquella violencia que no utiliza la fuerza física, sino la imposición del poder y la autoridad; sus manifestaciones son tan sutiles e imperceptibles que, es permitida y aceptada por el dominador y el dominado. La violencia simbólica es la base de todos los tipos de violencia; a través de las costumbres, tradiciones y prácticas cotidianas se refuerzan y reproducen las relaciones basadas en el dominio y la sumisión.
Es el tipo de violencia más difícil de identificar; a diferencia de los otros, no siempre tiene una víctima directa ni una única persona que podamos identificar como responsable.
A la violencia simbólica la encontramos en los mitos, prejuicios, estereotipos y mandatos que colocan a las mujeres en una posición de inferioridad.
Los discursos que ponen en cuestionamiento la inteligencia de las mujeres por el solo hecho de serlo, o sus capacidades; o las hipersexualizan, o las relegan al espacio privado y las tareas domésticas como única posibilidad para las mujeres, pueden constituir violencia simbólica.
El micromachismo es la más sutil de las violencias simbólicas y se re ere a la práctica de la violencia en la vida cotidiana que pasa desapercibida y refleja la desigualdad de las mujeres respecto de los hombres y, de tanto repetirse, llega a naturalizarse ”; cuando la mujer logra desarrollarse profesionalmente se le presiona para que vuelva a su posición de dependencia y subordinación con frases como, “estás descuidando a tus hijos, la casa está sucia, no te importa la familia”.
Es urgente aunar esfuerzos para erradicar el sexismo, la cultura machista y los estereotipos discriminadores en los distintos ámbitos.
PARA ERRADICAR LA VIOLENCIA SIMBÓLICA, por ejemplo, podemos:
- Hacer visibles los micromachismos.
Deslegitimarlos y eliminarlos de lo cotidiano. - Reconocer que los derechos son de todas y todos.
- No repetir frases o chistes misóginos.
- Reconocer que existen nuevas formas de relación en las que se privilegia el respeto y la equidad entre las personas.
- Generar conciencia en todas y todos de que la violencia simbólica no es natural, que es producto de la socialización y por lo tanto puede modificarse.
La repercusión de sus dichos se hizo presente en el pronunciamiento presentado por la ASAMBLEA PERMANENTE DE DERECHOS HUMANOS – EL ALTO.
“Este repudio tiene como objetivo evidenciar la VIOLENCIA SIMBÓLICA para que no se normalice, ni naturalice en nuestra sociedad, por ello es urgente aunar esfuerzos como sociedad alteña para erradicar el sexismo, la cultura machista y los estereotipos discriminadores en los distintos ámbitos.”
Su presidente Virginia Ugarte dio una conferencia de prensa el día 21 de marzo respecto a las declaraciones del Sr. Chung, quien “exige rectificar sus palabras de lo contrario iniciarán un proceso legal por discriminación y dejar un precedente para que nadie vulnere los derechos humanos.”
Dentro del arco político se pronunció Angélica Ponce, en repudio de los dichos y la ofensa a las mujeres bolivianas.
El mismo día por la noche el Sr. Chug en una entrevista realizada por el periodista Junior Arias Parravicini dijo “ Es una mala interpretación, me ayuda a hacer la propaganda política de ese término, pero en realidad no es lo que yo quería decir, parece que hubo un malentendido, por parte de los amarillistas que a mi me quieren inculcar, en contra de los valores cristianos y conservador. Miles de disculpas sean necesarias, yo lo diría, con la finalidad de que podamos construir un país poderoso y grande, el alma de ustedes está en sus hijos y en Dios. Yo estoy apuntando, vamos a trabajar junto con ustedes. Y no preste atención a este tipo de comentarios que quiere destruir la familia boliviana, y ustedes merecen también tener un buen marido”.
Justificar, minimizar, apoyarse en creencias religiosas, reincidir en el comentario y en pleno clima electoral como precandidato, es ¡continuar ejerciendo violencia simbólica!.
Fuente: La Opinión.bo
