Del estigma al orgullo: el poder boliviano en la periferia platense

Por Alberto Calani*

En La Plata, una ciudad planificada para el orden y la geometría, hay un barrio que desborda los planos y los prejuicios: El Futuro. Allí, la colectividad boliviana —tantas veces invisibilizada o estigmatizada bajo el mote de “los bolitas”— levantó su propio centro, con economía, cultura y fe propias. Lo que empezó como un asentamiento de trabajadores hortícolas hoy late como una centralidad periférica que redefine la identidad platense desde sus ferias, restaurantes y su manera de habitar la ciudad.

Foto: Diario El Día

Los bolivianos en el barrio El Futuro: ¿una centralidad periférica?
Los inmigrantes bolivianos en la ciudad de La Plata, capital de la Provincia de Buenos Aires, conforman una población con una larga historia migratoria y, como cualquier grupo humano, supieron adaptarse a los distintos espacios territoriales en los que les tocó vivir.

Por ejemplo, en lo que refiere a la movilidad de personas procedentes de Bolivia, las primeras provincias receptoras fueron Jujuy y Salta. Más adelante, la región cuyana, y a partir de mediados de los sesenta, los migrantes comenzaron a desplazarse hacia los centros urbanos más importantes, como Buenos Aires, capital federal.

La ciudad de La Plata, capital de la provincia, cuenta actualmente con una población de 933.193 habitantes. De acuerdo con los últimos informes disponibles, los bolivianos radicados en esta ciudad ascienden a un universo de 25 mil familias. En 1970 se fundó el primer asentamiento en el barrio Tolosa, con una notable mayoría de bolivianos. El barrio cuenta con una plaza llamada Virgen de Copacabana y una capilla católica del mismo nombre, construida con mano de obra y aporte de los propios vecinos.
A mediados de los noventa se fundó otro asentamiento: El Futuro, que hoy constituye uno de los barrios con mayor proporción de habitantes de origen boliviano, convirtiéndose en una centralidad periférica.

Según el Censo Nacional 2022, en La Plata residen oficialmente más de 18.000 personas nacidas en Bolivia, aunque organizaciones comunitarias locales estiman que la cifra real supera las 25.000 familias si se incluyen segundas generaciones y residentes sin documentación actualizada. En barrios como Tolosa, Los Hornos, Altos de San Lorenzo y, especialmente, El Futuro, la presencia boliviana alcanza entre 70% y 90% de la población, convirtiéndose en la comunidad migrante más numerosa del municipio.

Según datos de medios de comunicación como El Día y varios trabajos de investigación sobre migración y asentamientos en la periferia platense, el 90% de los habitantes de El Futuro son de origen boliviano. Su centralidad periférica está asociada al crecimiento y desarrollo urbanístico de su étnonacionalidad.
En sus inicios, el barrio despegó por su vínculo con las quintas del cinturón verde frutihortícola de la región, consolidándose como un barrio de inmigrantes de origen aymara y quechua. Muchos de sus primeros ocupantes provenían de esas zonas rurales donde se encontraba dispersa la población boliviana. La expansión paulatina de los barrios circundantes permitió la llegada de familias de diversas ocupaciones, hasta convertir al lugar en un polo gastronómico de la colectividad. Actualmente, sus visitantes provienen incluso de otros municipios del Gran Buenos Aires.

La crisis del 2001 le dio otra característica particular a sus habitantes: los vecinos formaron sus propias organizaciones civiles para atender problemáticas locales. Así nacieron instituciones sociales, centros culturales, clubes deportivos y fraternidades folklóricas, con claros rasgos étnico-culturales y etnopolíticos.
Los grupos humanos que emigran hacia otras territorialidades se deshacen para luego rehacerse, disputando sus nuevos espacios y conservando sus raíces culturales mientras adoptan otras nuevas. Así, el pueblo quechua-aymara supo adaptarse sin perder sus significados y valores éticos y morales.

El barrio El Futuro es la centralidad periférica por excelencia en lo que respecta a la inmigración boliviana en la ciudad de La Plata. En la “ciudad de las diagonales” existen varios barrios con marcada presencia de esta nacionalidad: Altos de San Lorenzo, Los Hornos, barrio Hernández —más conocido como Alto La Paz— y, por supuesto, Tolosa, como uno de los primeros asentamientos de 1970, donde se manifestaron las primeras festividades patronales.

El barrio El Futuro es una construcción comunitaria que se reconoce por sus logros obtenidos con esfuerzo y sacrificio, y por su demarcación étnica abierta y orgullosa.
Entre sus expresiones más pujantes se destacan más de 20 restaurantes, tres paseos de compras, campeonatos de fútbol, y su feria dominical, que no deja de crecer: reúne a más de 300 feriantes y genera trabajo para propios y ajenos.
La feria comienza a las cinco de la mañana, cuando los productores entregan al consumidor e intermediarios, y continúa durante todo el día.
La dinámica incesante de esta comunidad impacta directamente en el comercio de los barrios vecinos, beneficiando a ferreterías, remiserías, supermercados y distribuidoras de toda índole.

El barrio de los “bolitas”, así llamado por la población criolla, se transformó en la cita ineludible para las fechas más trascendentes: carnavales, fiestas patrias, actos políticos y festividades religiosas. En cada celebración, la wiphala, la bandera de los aymaras, ondea bien alta. Es allí donde el indio se reinventa, reafirmando su identidad y asumiendo su modernidad.

El barrio El Futuro no solo es un espacio residencial: es un núcleo económico, social y cultural. Su feria dominical, que congrega a cientos de familias, mueve cada fin de semana toneladas de productos frescos, textiles y comidas típicas, generando empleo directo e indirecto.
Los restaurantes de gastronomía andina y los paseos comerciales del barrio son hoy un atractivo regional, visitado por vecinos de Ensenada, Berisso y el Gran Buenos Aires.
Además, las fraternidades folklóricas, los campeonatos de fútbol comunitario y las festividades religiosas —como la Virgen de Copacabana o el Carnaval Andinoproyectan la identidad boliviana como un elemento vivo y expansivo dentro del entramado social platense.

* Comunicador popular y articulista en *Prensa Rural*. Nacido en Oruro, Bolivia, emigró en 1995 a Argentina. Actualmente obrero de la construcción, con trayectoria como trabajador rural y metalúrgico.

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