Generación Z paraguaya en las calles: rechazo juvenil al modelo económico que Milei aplaude

Este domingo 28 de septiembre de 2025, miles de jóvenes paraguayos de la Generación Z se movilizaron frente al Congreso Nacional bajo la consigna “No somos el futuro. Somos el presente exigiendo cambio”, en una protesta que buscó visibilizar su descontento con el modelo económico neoliberal del presidente Santiago Peña, admirado por figuras como Javier Milei y Donald Trump. La movilización fue convocada por el colectivo “Gen Z Paraguay” y se centró en exigir transparencia, lucha contra la corrupción, fortalecimiento de la educación y la salud, y la creación de una institución anticorrupción independiente.

Modelo neoliberal de Peña y Milei y su impacto en la juventud

Peña ha promovido políticas de estabilidad macroeconómica, reducción de impuestos y atracción de inversiones extranjeras. Sin embargo, la Generación Z y otros sectores críticos cuestionan que este modelo no genere oportunidades reales para los jóvenes, ni aborde adecuadamente la pobreza estructural. En esta movilización también se pudo ver a varias personas adultas, es decir que la ciudadania paraguaya salio a acompañar a los jovenes que hicieron el llamado a movilizar.

Según datos del Banco Mundial, la pobreza afecta al 23,2% de la población paraguaya, mientras que la pobreza extrema alcanza al 5,6%. Además, la tasa de desempleo juvenil (15-24 años) es del 16,1%, con una disparidad de género significativa: 12,2% en hombres y 22,1% en mujeres. Esta situación ha impulsado la emigración juvenil, con más de medio millón de paraguayos residiendo en el exterior, especialmente en Argentina.

Javier Milei, presidente de Argentina, ha implementado políticas similares: reducción del gasto público, privatizaciones y disminución de impuestos. Estas medidas han sido elogiadas por Peña y otros líderes neoliberales de la región, pero han generado críticas por aumentar la desigualdad y la pobreza, particularmente entre los jóvenes.

La movilización del 28 de septiembre no fue aislada. Desde las 16:00, los manifestantes comenzaron a llegar al microcentro de Asunción, concentrándose frente a la Comandancia de la Policía Nacional, sobre Paraguayo Independiente. La Policía desplegó un fuerte operativo con más de 3.000 agentes, equipados para “garantizar el orden”, y se registraron controles de pertenencias de quienes intentaban ingresar a la Plaza de Armas.

Entre los testimonios destacados, Piero Molas, ex vocero de la marcha, explicó a Última Hora que decidió apartarse de la organización por desorganización interna e intromisión política, aunque aclaró que sigue apoyando la protesta pacífica. Molas denunció campañas de estigmatización en redes y medios, y acusó a personas que se hicieron pasar por voceros de llamar a la violencia. “El objetivo es distraer a la sociedad de casos de corrupción y ausencias del presidente Peña”, dijo Molas, destacando que los protagonistas son los ciudadanos comprometidos con un cambio genuino.

Movilizaciones indígenas y otras protestas de la semana

Durante la misma semana, comunidades indígenas se movilizaron en San Pedro y Amambay para exigir la reapertura de oficinas del Instituto Paraguayo del Indígena (INDI), mejoras en tierras, agua, educación y energía, y la destitución de su actual titular. Estas protestas reflejan un descontento generalizado con políticas que afectan sus derechos territoriales y socioeconómicos, reforzando la idea de un Paraguay con demandas sociales acumuladas.

El 18 de septiembre también hubo una movilización donde se puede ver el descontento de la población:

Pese al respaldo internacional al modelo económico de Peña, la aprobación interna muestra señales mixtas. La juventud y las comunidades indígenas han expresado su descontento activo a través de protestas, mientras los índices de pobreza y desempleo evidencian que las políticas del gobierno no están alcanzando a los sectores más vulnerables. Esto genera un contraste entre la imagen de estabilidad macroeconómica promovida por Peña y Milei y la percepción de un sector creciente de la ciudadanía que demanda cambios estructurales.

La Generación Z paraguaya y los pueblos indígenas han dejado claro que no aceptan ser relegados ni ignorados. Con movilizaciones pacíficas y exigencias claras de transparencia, justicia social y oportunidades reales, estos sectores buscan marcar la agenda política del país. La pregunta que queda es si los modelos económicos que Peña y Milei promueven podrán sostenerse sin atender las demandas de una juventud crítica, activa y cada vez más organizada.

Descripción de la imagen