El MAS ante su mayor fractura: Evo acusa a García Linera de dividir el movimiento

Por Calixta Quispe

El expresidente Evo Morales (2006–2019), inhabilitado según el Tribunal Constitucional para volver a postular, anunció el pasado 22 de junio que seguirá insistiendo en su candidatura pese a las prohibiciones: “No podemos perder la esperanza, la única batalla es la que se abandona…”, afirmó en su programa de Radio Kawsachun Coca.

La insistencia de Morales en postular nuevamente llega en medio de una fractura cada vez más evidente dentro del Movimiento al Socialismo (MAS). En este contexto, reaparece una figura y una acusación que ya había sido formulada hace quince años: el exministro Félix Patzi, en 2010, responsabilizó a Álvaro García Linera de haber encabezado un «grupo duro» que marginó otras corrientes dentro del MAS y centralizó las decisiones. Hoy, Evo Morales retoma esa misma acusación: “Álvaro es el autor intelectual de la división”, afirmó el pasado 20 de mayo en entrevista con Ramiro García para Kawsachun Coca.

En esa conversación, Morales denunció que su exvicepresidente operó durante los últimos años para debilitar su liderazgo. Según Morales, García Linera promovió discretamente la candidatura de Andrónico Rodríguez, buscando alejarla de la influencia política de las Seis Federaciones del Trópico de Cochabamba. “En 2022, Álvaro dijo: el candidato debe ser Andrónico, es profesional, Evo no es profesional”, relató. El exmandatario también recordó que tras su retorno de Argentina, García Linera evitó cualquier contacto con él. “Sospechosamente, retornamos de Argentina, del aeropuerto ha desaparecido. Llamábamos, no contestaba. El Evo ya no le sirve”, declaró Morales.

El señalamiento a García Linera como figura central del quiebre interno no es nuevo. En 2010, Patzi había denunciado que el entonces vicepresidente y un círculo reducido —integrado por Héctor Arce, Walker San Miguel, Sacha Llorenti y Gabriel Loza— se habían apropiado del poder real dentro del MAS, desplazando a otras corrientes como el indianismo y el katarismo. “Quienes usurparon el rol del partido son cinco personas a la cabeza del vicepresidente”, sostuvo entonces el exministro. Patzi fue apartado tras intentar una candidatura propia en La Paz, fuera del control del MAS.

La fractura actual se expresa también en el surgimiento del binomio alterno conformado por Andrónico Rodríguez y Mariana Prado. Esta última, exministra de Planificación durante el gobierno de Morales (2017–2019), ha sido cuestionada por su cercanía histórica con García Linera y su paso reciente por la vicepresidencia ejecutiva de FONPLATA, cargo que ocupó desde mayo de 2023 hasta diciembre de 2024. Aunque se presenta como parte de una renovación, su trayectoria institucional fue respaldada por el gobierno de Luis Arce, en un momento de distanciamiento con Morales.

Felipe Quispe “El Mallku” ya lo decia…

El indianismo, corriente ideológica originada en los años 60 por pensadores aymaras y quechuas, planteó la identidad “india” como sujeto político revolucionario. Formalizado con el Partido Autóctono Nacional (PAN) y teorizado por Fausto Reinaga en La Revolución India (1970), esta corriente denunció el Estado-nación como una continuidad colonial y postuló la reconstitución de los pueblos indígenas bajo sus propios términos. En contraste con los enfoques multiculturales, rechazó las etiquetas “campesino” e “indígena” por asimilacionistas.

Entre las figuras emblemáticas del indianismo se encuentra Felipe Quispe, conocido como “El Mallku”, líder histórico. Durante las últimas dos décadas, Quispe fue crítico permanente de Álvaro García Linera, exvicepresidente del gobierno del MAS y considerado por Quispe como un intelectual urbano desconectado de las bases originarias. En diversas entrevistas y declaraciones públicas, Quispe acusó a García Linera de traicionar al movimiento indígena y de manipular las luchas populares para consolidar un poder elitista.

Algunas de sus declaraciones más contundentes son:
«García Linera es un traidor al pueblo indígena porque usa la lucha armada y el legado de Felipe Quispe para sus propios intereses. Él no representa a nuestras comunidades, sino a una élite urbana que se quiere adueñar del poder.» En otro momento indico que: «Mientras Evo estaba al mando, Álvaro se creía el dueño de la verdad. No permitía que la gente del pueblo tenga voz, nos calló, nos quiso desaparecer.»

Tras el golpe de Estado de 2019, Felipe Quispe resurgió como líder popular en la región de La Paz, especialmente en el área rural y en la ciudad, con un discurso de resistencia y defensa de los pueblos indígenas. En las elecciones subnacionales de 2021, Quispe se presentó como candidato a gobernador de La Paz. Las encuestas previas a los comicios lo mostraban como favorito, con un respaldo de entre 30% y 40% de intención de voto, reflejando su vigencia como referente indígena y opositor a la línea oficialista del MAS.

Sin embargo, la elección final favoreció a su hijo, Franklin Flores, candidato del MAS, quien obtuvo el 45,69% de los votos, frente al 39,49% de Quispe. Esta victoria representó la continuidad del oficialismo en la gobernación, aunque evidenció la fractura política interna que atraviesa el movimiento indígena y el MAS.

El legado político de “El Mallku” y su crítica a figuras como Álvaro García Linera evidencian las profundas tensiones y divisiones que persisten en la política indígena boliviana, marcando el escenario de la actual crisis y transformación del proyecto político que gobernó el país durante más de una década.

Candidatos presidenciales y sondeos

Las encuestas nacionales reflejan un desplome del MAS. Según un sondeo de El Deber/Captura Consulting (7‑14 de junio), Andrónico Rodríguez lidera con 14,7 %, mientras el candidato oficialista Eduardo del Castillo apenas llega al 1,7 %, y el MAS totaliza un 21,9 % sumando todas sus facciones. Otro estudio de Unitel/Ipsos Ciesmori (22‑26 de mayo) sitúa a Del Castillo en 2,3 %, justo por encima del mínimo para conservar la personería jurídica del partido.

Bloqueos internos, pacto legislativo y crisis económica

Existe una acusación que realizan miembros del actual gobierno: que los evistas en el Legislativo habrían sellado alianzas con bancadas de Comunidad Ciudadana y Creemos (ligadas a Camacho y Mesa) para bloquear leyes impulsadas por el Ejecutivo de Luis Arce. El ex vocero presidencial Jorge Richter afirmó en varias oportunidades que este pacto existia y era el que no permitia un buen funcionamiento del actual gobierno.

Indicadores económicos en rojo:

El país atraviesa además una profunda crisis económica. Según el Instituto Nacional de Estadística, la inflación acumulada alcanzaba el 47 % a mayo de 2025, mientras que el crecimiento económico se estima en apenas 1,2 % interanual.

  • Inflación: En mayo de 2025 alcanzó un récord mensual de 3,65 %, la más alta en 40 años. La inflación acumulada en los primeros cinco meses suma 9,81 %. La proyección interanual podría superar el 20 %.
  • Dólar paralelo: cotiza en torno a Bs 16, más del doble del tipo de cambio oficial de Bs 6,96, y evidencia el colapso en las reservas internacionales.
  • Reservas internacionales: cayeron desde más de US 6 000 mm durante los mandatos de Morales a solo US 3 800 mm en 2025 bajo Arce.
  • Escasez de combustibles:
    • Gasolina y diésel se racionan; filas de hasta 24 horas en estaciones de servicio.
    • Bolivia importa el 86 % del diésel y el 54 % de la gasolina, invirtiendo unos US 56 mm semanales en compras externas.
    • El subsidio estatal costó US 4 000 mm en 2024 y se proyectan US 2 900 mm para 2025, alrededor del 10 % del presupuesto nacional.

Estos indicadores se traducen en desabastecimiento de productos básicos —como aceite, pollo y alimentos— y en cierres temporales de actividades por bloqueos: gremiales y choferes generaron pérdidas diarias de US 150–200 mm en mayo de 2025.

Fuente: La H parlante, Página Siete, La Razón y Colectivo La Curva

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