“En el Chaco salteño se está produciendo un etnocidio dirigido por el Gobernador”

El periodista Maximiliano Rodríguez, expuso las conclusiones de la recorrida por Rivadavia y el contacto con integrantes de las comunidades indígenas. Planteó que ese brutal abandono, se denuncie en fueros internacionales. El consumo de alcohol etílico, el avance narco y las violaciones de criollos a niñas originarias, agravan el cuadro de indigencia.

Rodríguez estuvo en el programa de Nico Ruiz, “Ciudad Oculta”, por Cadena Infinito, y contó sobre la indignante realidad que se vive en el noreste provincial, sostuvo que el abandono y el hambre reinante obedece a “intereses económicos”.

“A los pueblos originarios se los está intentando matar de todas las formas porque detrás, lo anunció el propio Gobernador, tienen un plan de ordenamiento territorial de 700 mil hectáreas, para los grandes dueños de la tierra en Argentina. Tenemos dos opciones, o hablamos o callamos, pero nadie que se considere buena persona puede seguir callado ante esto”, señaló.

Capital del infierno

“Santa Victoria Este es la capital del infierno, tiene 200 metros de adoquines del señor Outes y el resto es mugre y chanchos”, narró Rodríguez, en una resumida pero precisa descripción de cuál ha sido la política que dispuso el oficialismo provincial durante los últimos años, para  los pueblos del interior: forzar a los municipios a la compra de adoquines de la empresa de la familia del excoordinador político del Gobierno de Salta.

Otra situación que forma parte la problemática social tiene que ver con la vinculación de comunidades con la droga, consumo y contrabando:“En estos momentos los pueblos originarios están traficando drogas, algo que no hacían hace cinco años, el pago para cruzar cocaína por el Pilcomayo para nuestros hermanos chorotes o wichis, es una moto robada”, contó el periodista.

La gira de Rodríguez por las comunidades de Rivadavia fue junto al periodista francés Jean Charles Chatard, “este hombre como primer trabajo tuvo la cobertura de la tragedia de Chernóbil en Ucrania, estuvo dos veces en Haití, el país más pobre de América y cuando cruzó Aguaray ya no lo podía creer”, dijo Maximiliano al referirse a los rostros y la realidad de la Provincia.

“Es pornográfico tener un gobernador con pulsera de diamantes en estas condiciones, yo como argentino le digo que a mí me da vergüenza su ostentación porque veo como hacen pis y caca 15 argentinos junto a un árbol en un pozo y a 300 metros de la municipalidad de Santa Victoria Este, mientras el Gobernador canta con Julio Iglesias”.

Neofascista

“También está ausente el señor ministro de Salud, rápido para mostrarse neofascista, para decir que le cobró el papel higiénico a los bolivianos que vinieron al hospital… quién piensa que va a venir a Salta si los hospitales si no hay nada del lado argentino… en Misión La Paz no vi un aluvión de gente buscando operarse de apéndice a Salta, no, si Salta es África, no hay ibuprofeno para niños que se mueren de dolor, acá le cobran la jeringa a chorotes que andan pata pila y viven en lugares donde no hay ni farmacias”, denunció.

Además, señaló que otro gran ausente y responsable es el ministro de Desarrollo Social, Mario Mimessi, quien dejó en la intendencia de Tartagal “un tendal de cheques sin fondos, ese ministro es el responsable de que hoy la gente no tenga para comer”.

Genocidio

“La situación en el Chaco salteño amerita una denuncia por genocidio en contra del Gobierno de la Provincia y empezando por el Gobernador, que actúa igual que Milosevic o Sadam Husein, al nivel de esos criminales de guerra. Lo que están haciendo contra estos cientos de miles de salteños es una inhumanidad, es un crimen, un delito internacional. Creo que tenemos que ir directamente a los tribunales internacionales, como hicieron los hermanos aborígenes con Laka Honnat, que lucharon hasta lograr un fallo a favor por la titularidad de sus tierras”, propuso Rodríguez.

planteó que hay que impedirle salir del país a estos sujetos que son buenos para robarle plata a la Provincia y comprarse un departamento en Estados Unidos o una casa en Italia.

Además, Rodríguez enfatizó que “si alguien le parece que se puede seguir hablando de chineo, como si eso no significara la violación grupal de niñas, está equivocado, lo que se vive en el este de la Provincia no es desconocido para nosotros, pero es inadmisible”.

Este aspecto de los abusos y violaciones de criollos sobre niñas y adolescentes originarias, llamado maliciosamente “chineo”, si bien es una vieja problemática, ha acrecentado las tensiones e hizo más insufrible la vida de las comunidades en el norte de Salta. Lo peor es que se ejecuta con total impunidad y sin que haya una acción firme de parte de un Estado que hasta da muestras de complicidad, empezando por no garantizar la seguridad, la disuasión de esta práctica y porque la policía del lugar, no toma las denuncias de violación.

Testimonios

En el programa especial, se escuchó el testimonio de Celedonio Torres, cacique de la comunidad San Luis, a 11 kilómetros de Santa Victoria, a las márgenes del Río Pilcomayo, donde probablemente esta temporada la crecida del río se lleve una escuela.

“Hay chicos que la familia ya no puede sujetarlos, lamentablemente hoy la convivencia con los criollos se está rompiendo”, dijo Torres y aclaró que no atacan a los criollos, pero sí a su insistencia en vender alcohol etílico que a pesar de no ser apto para consumo humano, se lo consume habitualmente generando estragos.

“Estamos sintiendo algo que ya no da más, decimos que no se venda alcohol porque vemos que se está dañando”, dijo el cacique y agradeció al periodista por haber ido al lugar: “gracias por venir, porque muchos de nosotros estamos alejados para que nos entrevisten, uno tiene edad, es nacido en el lugar, sabe la historia sobre cómo hemos vivido, en estos momentos nos ataca el tema de la droga y el alcohol etílico, nosotros encontramos el abandono del Gobierno, no tenemos seguridad, no tenemos policía para combatir el tema de la droga”, dijo Celedonio.

Rodríguez señaló que en Rivadavia se vive igual que el apartheid, el Gobierno de una mayoría criolla sobre una mayoría originaria.

“Qué hace la Defensora de Menores e Incapaces, Mirta Lapad, hermana del senador Mashur Lapad, principal responsable de esta situación? En este momento hay salteñas y salteños que prefieren estar muertos a estar vivos, que vivirían mejor en la cárcel que en su casa”, lamentó el periodista.

Los parajes y sus dificultades

Misión La Paz es una escuela y un rancherío, un puente internacional vacío que es el sueño del Corredor Bioceánico.

A 50 kilómetros de Misión La Paz, está Las Vertientes, en el límite con Formosa, cuando se llega, los niños se esconden detrás de los árboles para verte llegar. El cacique llamado Timoteo, tiene 80 años y duerme en un colchón de dos centímetros de espesor.

Allí los niños no pueden alimentarse porque los sábalos que eran de un metro ahora son de 20 centímetros, porque los ríos están contaminados por la actividad minera en Bolivia.

“¿Cuántos niños wichís o chorotes comen con la pulsera de diamantes del Gobernador?  La provincia de Salta quizás tiene el Gobierno que se merece, pero quizás merezcamos algo más”, sostuvo.

Daiana, mamá de Tatiana, contó que en la comunidad Cañaveral, murieron más de diez niños por desnutrición en los últimos tres años, de entre 2 y ocho años.

En la Comunidad Nueva Esperanza, todos chorotes, de sesenta familias, sólo cuatro tienen garrafas

En Las Vertientes, más de 250 viviendas y ninguna tiene garrafas, en San Luis, tampoco. Por lo tanto, en la temporada de lluvia, tres meses, preparar la comida que se cocina a leña, es un suplicio.

Las escuelas de la zona están colapsadas, pero ofrecen que los originarios en los últimos años de la primaria, vayan a cursar a una escuela ubicada varios kilómetros, pero eso representa un grave riesgo de violación para las niñas.

De 120 niños en una comunidad, solo arrancan la escuela 80 y en junio quedan 50. Señor Gobernador, de 120 niños en una comunidad, pasa mitad de año el 30 por ciento, pero sólo entró dos tercios de los que deberían entrar

“Me cuesta llevarlos a la escuela, acá en Victoria hay escuela, pero no hay lugar, tenemos que hacer todo lo posible para mandarlos a estudiar a una escuela a diez kilómetros, pero no tenemos en qué moverse, hay más de 120 chicos acá en Nueva Esperanza”, narró una madre originaria.

Fuente: OPINORTE

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