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21 años del plebiscito del «No a la Mina» en Esquel

Por Claudia Castro

Éste 23 de marzo se cumplieron 21 años desde que el pueblo de Esquel rechazó la radicación de proyectos megamineros con el 81% de los votos, en un rotundo no al extractivismo, y que llevó a conmemorarse el “Día de la Dignidad del pueblo de Esquel”.

Cada 23 de marzo la ciudad de Esquel recuerda el Plebiscito que le dijo NO a la Mina, NO a la radicación de emprendimientos megamineros.

Cabe recordar que a mediados del año 2002 la minera Meridian Gold oficializó la compra de un proyecto ubicado a diez kilómetros de la ciudad, con el aval de las autoridades políticas.

En ese contexto los vecinos comenzaron a organizarse, a leer, estudiar y a contactarse con otras regiones, y es ahí donde comenzaba a gestarse la Asamblea de Vecinos Autoconvocados de Esquel. Se contactaron con el pueblo de Tambo Grande (Perú), que había pasado un proceso similar (donde se realizó la primera votación contra la megaminería en América Latina). Y, fundamentalmente, recibieron la visita de vecinos y vecinas de Andalgalá (Catamarca), donde ya conocían la experiencia de la Minera Alumbrera, con sus promesas incumplidas de trabajo y bienestar. En octubre de 2002 comenzaron a reunirse espontáneamente en asambleas que fueron creciendo cada vez más.

En principio el gobierno provincial fijó una audiencia pública el 4 de diciembre, para que se abordaran los temas referidos al proyecto minero. Pero las movilizaciones fueron creciendo y más allá de lo vinculante o no de una marcha, el 24 de noviembre el rechazo tuvo una de sus marchas de disgusto con el proyecto minero, lo que provocó la suspensión de la audiencia pública.

El 4 de diciembre miles de esquelenses se volcaron a las calles nuevamente y desde allí cada mes hasta hoy.

El 5 de febrero del año 2003, el Concejo Deliberante local aprobó una consulta popular, con la promulgación inmediata por parte del ejecutivo.

Luego se desarrollaron charlas, expresiones artísticas, muestras de cine, y otras acciones con el fin de concientizar sobre la situación.

En este sentido, Nicolás Palacios de la Asamblea “No a la Mina” indicó a Mink’a Comunicación que los vecinos organizados utilizaron la estrategia de “vecino informa a vecino, y salieron a informar a los vecinos de lo que estaba pasando en la ciudad. El riesgo de lo que iba a pasar si se llevaba adelante ese proyecto. Ante la movilización social el gobierno dijo que esto se defina en un plebiscito por el sí o por el no a la mina”, ahí nació el movimiento “No a la mina”.

Cabe recordar que en enero de 2001, la Comunidad Mapuche Huisca-Antieco levantó la voz contra la intrusión en su territorio por parte de una empresa que buscaba realizar trabajos de prospección minera. Esta denuncia destapó el proyecto que la empresa canadiense Meridian Gold pretendía llevar a cabo en la zona.

Sin embargo, esto se trató sólo del comienzo de un planteo de autodeterminación que logró trascender fronteras, informar, educar y también contagiar esperanza.

En este sentido, el plebiscito de la mayoría, del 81% fue también el plebiscito que recuerda el resto, el 18% que aún hoy sigue intentando modificar voluntades, con poca respuesta por cierto. Por eso a 21 años, sigue siendo el plebiscito de todos.

La leyenda del No a la Mina marcó y marca a Esquel hasta estos días, llevando la discusión a fondo.

Los últimos años en la provincia de Chubut volvieron a tener en primera línea la discusión sobre la instalación de la megaminería a partir del envío a la Legislatura por parte del Gobierno de Arcioni del proyecto de zonificación y también el proyecto de Iniciativa Popular que pretende ponerle límite a la industria en la tierra chubutense.

En este contexto, la acción del gobernador fue tomado como una burla a casi dos décadas de rechazo popular a la actividad. En una entrevista televisiva y sonriendo, el gobernador señaló: «Yo nunca retrocedo», y el pueblo salió a la calle. Fueron siete días de movilización, represión (con decenas de heridos de bala de goma), cortes de calles e incendio parcial de la Casa de Gobierno. El Gobernador, y los legisladores, retrocedieron y volvieron a dejar vigente la Ley 5001 y la prohibición de la megaminería en Chubut. «Chubutazo», fue el nombre elegido por el pueblo de la provincia para esa acción popular.

El grito de NO A LA MINA, y NO PASARÁN sigue tan vigente como entonces. Es por eso que ante este evento se realizaron muchas actividades en Esquel como así también en la ciudad de Jáchal, San Juan, lugar donde se llevó a cabo el tercer Encuentro del “Festival Pueblos Puentes de Agua” donde se sumaron a acompañar mediante una marcha por el centro de la ciudad al canto de “fuera, fuera, fuera las mineras, fuera” entre otros.

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