Por Claudia Castro
La vicepresidenta y ministra de la Igualdad de Colombia, Francia Márquez Mina, comenzaba su intervención en la Jornada Latinoamerica y Caribeña de Integración de los Pueblos, realizado en Foz de Iguazú, Brasil con lo siguiente: “La diversidad es una característica que identifica a los pueblos latinoamericanos y el Caribe” y agregó, “somos diversidad cultural, nuestras cientos de lenguas y acentos con los que expresamos nuestras maneras de sentir y de pensar, se sustenta en los entornos exuberantes de la diversidad natural”.
En este contexto, en una Jornada realizada el pasado 22, 23 y 24 de febrero en la sede del Centro de Convenciones CECONFI, en Foz de Iguazú, Triple Frontera, que contó con la participación de cuatro mil personas de más de 20 países y de diferentes movimientos populares, centrales sindicales, organizaciones estudiantiles, partidos políticos y alianzas continentales e internacionales, cuestionó los desafíos de la integración latinoamericana y caribeña, el manejo capitalista de la cuestión ambiental, denunciar la flagrante desigualdad tanto de género como social en la región y la necesidad de poner sobre el tapete los movimientos populares.
En este sentido, las palabras de Márquez han quedado resonando desde aquellos días y fueron retomadas en el 8M, Día internacional de la Mujer Trabajadora.
En el contexto de los avances de gobiernos de derecha y de ultraderecha como en el caso argentino, las consignas se focalizaron en denunciar la violencia de género, abogar por la unión en la lucha feminista, demandar el respeto hacia los derechos femeninos y en Argentina se planteó además, manifestarse en contra del ajuste del gobierno. “Con hambre, DNU y sin derechos no hay libertad”, rezaban las convocatorias.
En aquella oportunidad, la vicepresidenta Francia Márquez dijo: “un mundo diverso, el pluriverso, es un mundo hecho de muchos mundos, es el resultado de la danza entre la interdependencia y la autonomía, el dividir a partir de la diversidad es el resultado del colonialismo. Éste se fundamentó de la clasificación jerárquica de las diferencias y desde entonces hemos normalizado ver las diferencias como un problema y no como una virtud, no como una fortaleza”, siendo palabras muy acertadas en un contexto donde las opiniones están muy divididas e incluso van en retroceso, como por ejemplo los planteamientos del Gobierno encabezado por el presidente Javier Milei, explícitamente antifeminista, que prohíbe el lenguaje inclusivo en la administración pública y anuncia que eliminará la perspectiva de género en las políticas públicas, además de expresar permanentemente su rechazo a la Ley de IVE, y la desaparición del tal cuestionado Ministerio de la Mujer.
En este sentido, la mandataria señaló que desde la izquierda “tenemos una crisis, y de esta poco habla la izquierda y es la desigualdad de género. En nuestra regiones hay una amplia brecha salarial entre hombres y mujeres, y ni que decir de las violencias basadas en género que todos los días viven en nuestros países millones y cientos de mujeres. En nuestra región 10 mujeres son víctimas de feminicidio.
Es momento de ponerlos sobre la mesa para poder construir una latinoamérica que garantice los derechos de todos, todas y todes en nuestra diversidad. Una política de unidad latinoamericana debe pasar por erradicar el machismo que afecta a las mujeres. No puede seguir siendo un movimiento alternativo progresista de izquierda si ejerce las mismas prácticas patriarcales, capitalistas y coloniales racistas e individualistas que pone en riesgo la vida de todos”, remarcó la vicepresidenta, y advirtió que “Una sociedad verdadera antipatriarcal no podría estar fundamentada en las mismas estructuras que fomentaron la violencia contra las mujeres, contra los pueblos indígenas, contra los pueblos afrodescendientes, campesinos, la violencia contra la población LGTBQ+”.
Además remarcó que “una manifestación de crisis de desigualdad es la crisis del hambre, donde según la FAO, en Latinoamérica y el Caribe en 2019 el hambre aumentó en un 30 por ciento, afectando así a un 56 por ciento de personas” y cuestionó, “es un contrasentido que en nuestra región se pase tanta hambre siendo una despensa de alimentos”. Es por ello que “nuestra unión regional debe surgir de la entraña de los pueblos”, dijo la vicepresidenta.
En este contexto, Juan Grabois, panelista de la mesa “Desafíos de la integración Latinoamericana y Caribeña”, por el Frente Patria Grande indicó “yo no veo ninguna crisis del capitalismo, yo veo al capitalismo en su pleno apogeo con triunfos contundentes contra el ser humano, la naturaleza y la autonomía del pueblo. Nuestro continente es el más desigual del mundo. Milei no es ningún payaso, no es ningún loco, es el gran gladiador del capital de estos tiempos”. Además, afirmó que “la justicia social es una aberración para el presidente argentino y a partir de eso avanza con coraje que pocos de nuestros gobiernos han tenido”, en alusión a las medidas que el gobierno fue implementando y que van en contra de la clase popular.
Rafael Freire, secretario general de la Confederación Sindical de las Américas, remarcó la importancia de esos eventos y destacó que “en el debate retomamos la unidad en defensa de la democracia, la integración y nuestros pueblos estamos haciendo futuro”.
En esta línea, Márquez insistió en la necesidad de buscar la unidad del continente desde la iniciativa de sus pueblos y no dejarla al vaivén de los gobiernos que son pasajeros.
“Dejar la unidad latinoamericana y del Caribe solo en manos de los gobiernos de turno es condenarnos a que cada vez que llegue alguien nuevo desarticule nuestros procesos e improvise unos nuevos. Mientras los gobiernos vamos y venimos con intentos de integración, América Latina y El Caribe se mueven por rutas y conexiones duraderas que han establecido los propios pueblos, como las rutas de nuestros saberes, la literatura, el cine, la música. Esas son verdaderas formas de integración”, y remarcó que primero se debe “superar el racismo estructural, combatir la desigualdades sociales, raciales, y consolidar una agenda por las reparaciones históricas sobre los efectos de la esclavitud, el colonialismo y el racismo” y que no se puede seguir aplazando.
Gleicy, participante y miembro del movimiento marcha Mundial de las Mujeres de Brasil indicó que en su primera experiencia sintió la falta de más representatividad de personas afrodescendientes, indígenas entre otras”, lo que va en línea con lo planteado por la vicepresidenta Francia.
Por su parte Eliseo Castro, de la Confederación de Trabajadores de Colombia señaló que participar en estos eventos permite nutrirse de las experiencias de otros pueblos y que se alineen en la búsqueda de “unidad en pro de la soberanía e igualdad”.
Mientras tanto, Marco Andrade Solis, secretario de la Confederación Nacional de unidad Sindical Independiente de Panamá subrayó que: “La democracia es un tema que debemos seguir abordandolo por los tipos de dictadores neoliberales que aparecen tratando de borrar toda esa conquista que los pueblos y trabajadores hemos logrado durante muchos años”, y agregó, “independientemente si hay gobiernos que favorecen al pueblo de corte socialista, hay que afianzar ese intercambio, esa interacción y esa solidaridad entre las organizaciones y los pueblos. Desde Panamá planteamos la necesidad del fortalecimiento de los sectores populares. Eso se hace con trabajo. Nosotros hablamos de crear poder popular, lo que significa organizar a la gente desde distintos sectores, y no solo levantando la bandera reivindicativa, sino también la bandera política, participando en la contienda electoral”, lo que está en concordancia con Márquez, que señaló que se debe “Innovar en nuestros liderazgos, formas políticas distintas. Para que los gobiernos se transformen y cambien, hay que elegir a hombres y mujeres del pueblo”.
